martes, 4 de junio de 2013

MILES DE ARBOLES PROTEGUIDOS

Siempre he sentido fascinación por los grandes árboles, seres inabarcables capaces de cumplir 100,500,1000 años y seguir creciendo y fructificando como si fueran jovencitos brinzales . Seguramente es envidia por esa victoria sobre el tiempo. Quizá también sea admiración ante tan fieles testigos mudos de miles de nuestras grandes y pequeñas historias.


Pudo tener la culpa el ciprés de Silos, ese “enhiesto de sombra y sueño” que conocí de niño y sigue siendo mi confidente, como lo fue de Gerardo Diego o Unamuno.

  Cesar Javier Palacios